Construido tras una votación en la que se analizó si modernizar el histórico estadio Olímpico de la ciudad o encarar las obras de uno nuevo, Franz Beckenbauer, símbolo del fútbol alemán, fue el encargado de colocar la primera piedra del complejo, para 70.000 espectadores.
Entre los detalles característicos que lo destacan, se encuentran los paneles exteriores que suelen observarse de color blanco, pero que varían a celeste o rojo dependiendo qué club juegue de local en esa ocasión.
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